Alteridad caribeña: voces en la historiografía francesa renacentista

Caribbean otherness: voices in the French Renaissance historiography

Nadia del Carmen Morales Morales1
Universidad de Cartagena
E-mail: nmoralesm@unicartagena.edu.co

Recibido: 25 de agosto de 2017
Aprobado: 30 de octubre de 2017


Resumen

La Cosmographie universelle de François de Belleforest, publicada en París en 1575, aborda el Caribe2. Este espacio está representado particularmente con datos sobre el mundo indígena ensamblados de forma arbitraria, pero llevando un orden temático. En este artículo mostraré cómo se entretejen las voces latentes en los capítulos caribeños de la Cosmographie universelle. Primeramente, mostraré algunos imaginarios europeos, específicamente franceses, sobre el continente americano. Seguidamente ahondaré en el método escritural utilizado por Belleforest para la construcción de dichos capítulos; para ello analizaré una a una sus fuentes. Finalmente mostraré y concluiré con los aspectos de construcción historiográfica más relevantes de su método de escritura.

Palabras clave: cosmografía francesa; Gran Caribe; Renacimiento; historiografía; métodos de escritura.


Abstract

The Cosmographie universelle of François de Belleforest, published in Paris in 1575, talk about the Caribbean region. This space is represented particularly by information about the indigenous world amalgamated in an arbitrary manner but carrying a thematic order. In this article I show you how they are interwoven voices latent in the Cosmography universal's Caribbean chapters. In principle, I will show some European imaginary, specifically French imaginary on the American continent. Then I work on the scriptural method used by Belleforest for the construction of the Caribbean chapters; so I'll discuss one to one each of his sources. Finally I will show and will conclude with the most relevant aspects of literary construction of the Belleforest's method.

Key words: French cosmography; Caribbean region; Renaissance; Historiography; Scriptural method.


Las fuentes de Belleforest para el ensamblaje del espacio caribeño en su obra, son las crónicas de Pedro Mártir de Anglería y las de Gonzalo Fernández de Oviedo que se encuentran en la historiografía americana de Giovanni Batista Ramusio, Delle navigationi et viaggi3. En la Cosmographie se incluyen siete capítulos sobre temas del Caribe, entre ellos: «De los Reinos de Paria, Benzuela, Santa Martha y Castilla de Oro, y de los pueblos que allí viven, y sus modos de hacer»; «De las costumbres, y modos de hacer de los Indios Occidentales de TierraFirme hasta el país de México»4. La supremacía de los imperios azteca e inca diluyó la importancia del Caribe en el escenario americano; un Caribe que, no obstante, marcó el destino de todo el continente. Para los europeos del siglo XVI, su conocimiento sobre la diversidad de grupos indígenas en el espacio caribe es muy poco o nulo; se trata para ellos de los "Indios occidentales". Los espacios geográficos y las culturas se confunden, se masifican. Este fenómeno se debe, en gran medida, a la manera en que los historiógrafos representaron y describieron estas nuevas realidades. Según Frank Lestringant (147-148, 149):

La América del Renacimiento (la de Michel de Montaigne) nace del Brasil; poco importa que Colón haya abordado el Nuevo Mundo por las Bahamas y que se haya obstinado por reconocer una a una las grandes y las pequeñas Antillas antes de dirigirse hacia Tierra-Firme. Para los franceses es del Brasil … que surge esta princesa desnuda y emplumada, los brazos cargados de miembros ensangrentados, que hace su entrada en la galería prosopográfica de los continentes. … Pero hay más, … se produce entonces en Montaigne un fenómeno análogo al que se observa en el mismo momento en la iconografía de los Grandes Descubrimientos. Una suerte de contaminación metonímica, que el antropólogo William Sturtevant pudo calificar de "tupinambización", extiende a la totalidad del continente rasgos étnicos o culturales propios de los Indios Tupinamba.

Para mostrar entonces otra perspectiva del espacio Caribe es importante saber cómo se construyó su representación, en este caso, bajo la pluma del historiógrafo francés François de Belleforest. Según lo plantea Michel Simonin, por una coyuntura que no se volverá a repetir, el acceso a la literatura es más libre en el siglo XVI de lo que no será jamás5 (10). Es así que François de Belleforest, escribano del cosmógrafo del rey, André Thevet, tiene acceso fácilmente a fuentes historiográficas en español, alemán e italiano que le servirán finalmente para construir su propia obra. Frente a esta constatación el hecho de inventar, innovar o escribir como primer autor sería una utopía en la época. En contraposición, el escritor tiene la ocasión de jugar con la información y construir figuras variables según su ingenio. De este modo, la compilación de Ramusio se convierte en una buena fuente para Belleforest en la construcción de su Cosmografía. Compilación, traducción comentada ¿cómo trata el historiógrafo estos hypotextos6?

Apesar de que la obra de Belleforest se consolida bajo el título remático de Cosmografía, se puede decir que en su estructura se trata más bien de una Geografía, como él mismo lo confirma en sus paratextos, y según las características que una obra de este tipo promueve en la época. Para él, los espacios descritos son territorios lejanos, inimaginables, que, sin embargo, consigue explorar y recomponer a través de sus fuentes de una manera singular: "Al leer sobre Grecia y toda su extensión, y ver sus departamentos tanto en Tierra-Firme como en las islas, estoy seguro que el hombre erudito tendrá de qué contentarse, si no es de todo, al menos honestamente de mis búsquedas y de mis investigaciones" (Belleforest 5)7. Con sus «búsquedas e investigaciones», Belleforest opta por una geografía con un componente histórico de la interrogación y de la comprensión. Según Michel de Certeau, este tipo de enfoques privilegiaría la capacidad de pensar los tipos de documentos que el historiador busca inventariar; esto obedece a la necesidad de elaborar modelos que permitan constituir y comprender series de documentos: modelos económicos, modelos culturales, etc. (57).

En este orden de ideas, para Belleforest, pensar y reconstruir el espacio americano es su principal tarea. Su técnica consiste en descripción/comentario. Él describe y comenta sistemáticamente todo lo concerniente a la vida de los indígenas en el Caribe. Al mismo tiempo, produce un discurso sobre la realidad americana a partir de su visión católica del mundo. De esta manera, el historiógrafo consolida un espacio caribe adaptado a una identidad francesa que en ese momento se encuentra en construcción, y de la cual Belleforest describe muy bien el proceso: "así como la impresión que vemos en el vidrio de un espejo, al mirarse el hombre, juzga de repente los vicios o los defectos que están en su rostro" (23). Así pues, el Caribe sería entonces la impresión del rostro europeo, la huella que se deja en el espejismo de la conquista. Para los franceses de la segunda mitad del siglo XVI, el espacio americano está dividido en dos partes: por un lado, hay una América española llena de historias maravillosas, conquistas, aventuras con los buenos cristianos y luchas con los bárbaros de los imperios inca y azteca, a estos se suman los Caribes caníbales. Por otra parte, hay una América casi anónima, poblada por los Tupinambas y también los Caribes, explorada por portugueses y franceses, reconocida en la Historia bajo el nombre de Francia antártica.

Hans Staden, André Thevet, Jean de Léry son conocidos en el campo de la historiografía francesa como los autores que vivieron y contaron la realidad americana tupinamba, la vida de los indios en la Francia antártica8. Aparece del mismo modo en el imaginario intelectual contemporáneo como ese espacio edénico donde los protestantes practicaron una «pedagogía de la conversación espiritual y del ejemplo» (Lestringant 31) para lograr la conversión de los indios víctimas de la ferocidad española, léase del catolicismo. De esta forma, incapaces de comprender los desastres militares de esas dos Américas y contemplando con una suerte de estupor incrédulo el crecimiento del poderío español cuya dominación durante el periodo tiende a volverse universal, los protestantes franceses necesitan, para compensar tanto su fracaso histórico en el frente exterior de las Indias nuevas, como su revés en el plan interior, de la transparencia ilusoria de esta relación con el otro (32). A continuación se presenta cómo se construye esta relación con el otro desde una perspectiva intelectual en la Cosmografía.

Las Crónicas de Indias en la historiografía de Belleforest9

¿Por qué François de Belleforest escogió las Crónicas de Indias para construir su corpus caribeño? Se podrían avanzar varias razones. La primera, su familiaridad con el tema ya que trabajaba como escribano para André Thevet, cosmógrafo del rey. Segundo, el hecho de que las Crónicas se encuentren traducidas al italiano en la compilación de Ramusio y esto es una ventaja para él en el manejo de la información ya que es una lengua que domina perfectamente. Pero, desde un punto de vista epistemológico, ¿cuáles serían las verdaderas razones para haber escogido estas fuentes? El mismo Belleforest lo elucida a este respecto en su prefacio:

Así ustedes ven, que armado de tantos escritos, reportes, memorias, prólogos e instrucciones, y teniendo (A Dios gracias) el juicio íntegro, y algún conocimiento de las buenas letras, nos fue fácil hacer lo que no hubiésemos podido hacer empujados sólo por nuestro propósito y presumiendo más que de razón de nuestras fuerzas: y si fallamos no fue por nuestra cabeza, sino por seguir las informaciones de otro (6).10

En este aparte el autor revela varios componentes que podrían hacer comprender desde el plano epistemológico la importancia de sus fuentes. Se trata de documentos ricos en diversidad y formas: reportes, memorias, prólogos, instrucciones que, gracias a su erudición y conocimiento de las buenas letras, pudieron ser explotados. Pero, sobre todo, lo que hace de las Crónicas una fuente idónea es el hecho de tratarse de obras provenientes de diferentes autores lo que hace que Belleforest y su equipo de escribas puedan fundamentar su estatus de Autor sobre la responsabilidad colectiva e histórica de la información presentada: "y si fallamos no fue por nuestra cabeza, sino por seguir las informaciones de otro". Es decir, toda la responsabilidad de las informaciones manejadas recae en realidad sobre los autores de las fuentes. Esto es lo que yo llamo la diferencia epistemológica entre escribir por experiencia y escribir por erudición. Escribir por experiencia implica verse señalado en caso de error. Por el contrario, durante el Renacimiento, el erudito no asume la responsabilidad de sus fuentes. Él solo reporta y comenta, reconstituye imágenes que flotan ya en el universo del conocimiento. Sin embargo, la crítica luego juzgó a Belleforest por exceso de erudición, exceso de producción literaria y exceso de información. Esto pensaba Claude-Pierre Goujet (157) en el siglo XVIII sobre Belleforest y su obra:

François de Belleforest fatigó mucho más a su público con sus obras que el Profesor del cual les acabo de hablar [Ferrand Debez]. ¿Sobre qué no escribió? Fecundo traductor, le trabajó tanto a lo profano como a lo sagrado, a lo placentero como a lo grave y a lo serio. Historiador sin discernimiento y sin gusto, dañó casi todo lo que trató de emprender. Empeñado por los editores, y no teniendo otro recurso que su pluma para sobrevivir y mantener a su familia, solo estaba ocupado en multiplicar el número de sus producciones sin pensar nunca en volverlas exactas, sin ni siquiera tener el pasatiempo de releerlas con alguna atención.

En consecuencia, las Crónicas de Indias representan un patrimonio intelectual fecundo que nutre la multiplicidad insaciable de este autor. Ellas son el vivo ejemplo de una fuente hypotextual que asegura la materia prima susceptible de llenar sus expectativas para organizar su producción científica. En esta crítica desobligante de Claude-Pierre Goujet, François de Belleforest es dibujado paradójicamente como un autor de nuestro tiempo; él encarna los deseos de un autor del siglo XXI: prolífico, polivalente y pagado por su producción. Miremos ahora en qué consiste la riqueza de las fuentes que le sirvieron para armar su corpus caribeño.

Las Décadas de Pedro Mártir: una visión humanista de la realidad americana

Según Eliot Morison, Pedro Mártir tiene el estatus de ser el más antiguo historiador del Nuevo Mundo (119). Italiano, nacido en 1457, poseía una formación humanista. A los 30 años viajó a España. A principios de 1494 decide escribir una historia sobre el descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo, término acuñado por él. La primera Década de Orbe Novo aparece en 1511. En su historiografía, deja de lado los temas catastróficos y sangrientos o pasa sutilmente sobre ellos (120). En vista de la dinámica del objeto de su historia (el descubrimiento es un tema en movimiento, inacabado, en plena realización), tratará de seguirlo con el mismo ritmo que siguen los descubrimientos geográficos y la sumisión de los pueblos indígenas. Las Décadas están escritas en un estilo epistolar, en consecuencia, la elaboración de este tipo de obra ofrece las dificultades propias a la narración de sucesos de los cuales se ignora el desarrollo completo, y frecuentemente las descripciones resultan desordenadas, inacabadas. Siguiendo esta perspectiva, existe un parentesco entre los escritos de Pedro Mártir y los de Gonzalo

Fernández de Oviedo. A pesar de que este último critica a Mártir por no haber puesto nunca los pies en las Indias Occidentales. Evidentemente hay una lejanía en Mártir, una lejanía más lingüística que geográfica puesto que para los lectores del siglo XXI resulta muy difícil leer en latín textos sobre las Indias occidentales del siglo XVI. En cuanto a las fuentes, Mártir es muy cuidadoso en indicarlas, sean orales o escritas, de esta forma la mención de estas primeras fuentes permite reconstruir casi en su totalidad las que utilizó (Salas 27, 29).

Un concepto central en la obra de Mártir es el de Edad de Oro. Está inspirado en una reminiscencia clásica pero también en elementos cristianos fundamentales: Dios y el paraíso terrestre, el mismo que Colón pretendió situar en la costa de Paria. El advenimiento de la Edad de Oro tiene su ocurrencia en un lugar preciso: el Caribe y las Antillas. Se podría decir que los indios son para el italiano seres simples, pacíficos y, al mismo tiempo, inteligentes y sagaces y que se siente atraído por las informaciones que les conciernen. Las nuevas tierras no producen solamente noticias geográficas que hacen un llamado a la corrección de los geógrafos de la Antigüedad, sino, también, a una población humana que vive en la ignorancia de la doctrina cristiana y que posee costumbres extrañas y curiosas. Sin embargo Mártir permaneció al margen de los problemas morales y doctrinales que ocuparon las mentes de los teólogos y de los historiadores españoles.

Según Alberto Salas, es inútil buscar en las Décadas una apología de la conquista, las alabanzas sobre su significado imperial y cristiano que se encuentran frecuentemente en Oviedo (43). En resumen, Mártir fue uno de los primeros cronistas intelectuales de las Indias occidentales, es decir, que no participó físicamente en las expediciones y en la conquista de América. Él se encargó de compilar los diferentes relatos escritos y orales que llegaban hasta él. Se puede hallar en esta manera de producción escrita, la técnica de trabajo colectivo propia de la tradición humanista a la cual se une el mencionado historiógrafo francés François de Belleforest. Si bien ambos convergen en ese punto, lo que los aleja es la mirada que cada uno puso sobre América y la representación que hicieron. Sobre este aspecto, Belleforest se acerca más a su otra fuente, Gonzalo Fernández de Oviedo, quien narra América a partir de su visión católica del mundo. Belleforest hará lo mismo, pero matizando algunos comportamientos de los indios caribes que explicará bajo el rasgo de la inocencia. Examinemos ahora la obra de Oviedo, cronista oficial del rey de España.

Gonzalo Fernández de Oviedo: de la mirada del colonizador a la del historiador

El capitán Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés era un joven de 15 años cuando Colón llegó a Barcelona en 1493. Oviedo viajó a América con Pedrarias Dávila en 1513, destinado a inspeccionar las excavaciones auríferas del Darién. Pasó treinta y cuatro años de su vida en diferentes lugares del Caribe. Una breve descripción de América, que escribió durante un viaje a su patria en 1526, le valió el ser nombrado cronista oficial de las Indias. En 1535 apareció el primer volumen de su Historia general y natural de las Indias. Oviedo tenía cualidades de observador poco comunes y sus descripciones de la fauna y la flora de las Indias occidentales son excelentes, así como sus capítulos consagrados a la navegación y temas afines (Morison 120).

En todos los libros de su monumental composición, él menciona los motivos que lo impulsan a escribir: Dios y el mandato imperial son la causa principal; está Dios, están las alabanzas de la creación, está la exaltación de una España imperial más triunfante que nunca con el rey de Francia en prisión; hay un mandato oficial para que él escriba, pero, por encima de todo, está la fascinación por la exuberancia de la naturaleza y por las hazañas de los hombres (Salas 89, 91). Oviedo reconoce que su obra cumple con una función informativa, lo que se confirma por los numerosos detalles que ofrece y por su escogencia de escribir en castellano, lengua vulgar. Según Salas, Oviedo considera que la experiencia propia —la visión directa de las cosas, la experimentación misma— es la mejor fuente de conocimiento (105). Piensa también que las referencias bibliográficas son subsidiarias, que solo sirven para el aparato cultural, en resumen, la experiencia es para él una condición indispensable que mejora el conocimiento histórico (106). Oviedo critica así a los europeos que escriben en latín y que además no han puesto un pie en las Indias occidentales. Se indigna porque Pedro Mártir confunde las espondias con los mirabolanos pues no los vio ni los probó. Por el contrario, Mártir resultó muy bueno para ser "plagiado". Oviedo usa mucha de sus informaciones pero el nombre de aquél no aparece como fuente por ningún lado, solo para desprestigiarlo. Al final el cronista español, que se vanagloria de su experiencia, solo fue testigo y autor de una ínfima parte de lo que narra (109).

En resumen, Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés hace creer que para él la experiencia prima sobre la erudición al momento de componer su obra; muy poco importa finalmente si se trata de la propia o de la de los demás. Ésta se vuelve una herramienta indispensable para la construcción del conocimiento histórico. Las Crónicas de Indias son una compilación de las experiencias de los marinos y los exploradores del Caribe. François de Belleforest utilizará esta obra como fuente principal de sus capítulos caribeños en la Cosmografía y la complementará con sus comentarios tratando de dar lecciones ejemplares al buen cristiano francés. Esta práctica escritural descripción-comentarioejemplificación, lo ligará a una tradición humanista cristiana en el Renacimiento. ¿Cómo se conjugan entonces la misión divina e imperial de Oviedo de describir América, con la misión católico-pedagógica anunciada por Belleforest en su Cosmografía?

De la experiencia a la autoridad, la escritura como producción de lugar

Experiencia y autoridad son dos conceptos que en el siglo XVI comportan significados distintos a los que se conocen hoy. La experiencia es comprendida, en el plano epistemológico, como el proceso a través del cual el hombre adquiere el conocimiento por los sentidos. Las cuatro nociones fundadoras de este proceso, descritas por Michel de Certeau (245): la oralidad, la espacialidad, la alteridad y la inconsciencia, pueden ser consideradas como presentes en la producción literaria renacentista:

La oralidad (comunicación propia a la sociedad salvaje, o primitiva, o tradicional), la espacialidad (o cuadro sincrónico de un sistema sin historia), la alteridad (la diferencia que plantea una ruptura cultural), la inconsciencia (estatus de fenómenos colectivos referidos a un significado que les es extraño y no es dado que a un saber venido de afuera).

Estas cuatro nociones son identificables en el contexto que acabo de trazar y están ligadas directamente al concepto de experiencia, pues los aventureros europeos en tierras americanas, y luego los cronistas de Indias, se vieron confrontados sistemáticamente a estos cuatros aspectos. La oralidad de las sociedades americanas fue reportada, inventada y reinventada en esos textos desde el espejo evocado por Belleforest para describir la imagen del encuentro intercultural donde cada uno creó un discurso sobre el otro y así se fue haciendo historia, con la salvedad de que quienes tenían la escritura, la escribieron. El espacio americano alimentado por otros espacios no americanos (como las llamadas Indias orientales) y la renominalización de esos espacios por los exploradores de manera arbitraria, en su deseo de posesión y conquista, nos dejó sin huellas, sin rastros de la cultura indígena. Los cronistas y reporteros de las llamadas Indias occidentales experimentaron el fenómeno de la alteridad a través de una experiencia parcial, contaminada por una visión europea, ella misma en construcción pero que podría parecer unificada por las luchas entre los credos católico y protestante. Esta ruptura cultural que ya venía desde Europa se amplió en el Caribe y se fue fragmentando cada vez más en cada encuentro de cada grupo europeo con cada grupo indígena.

Por tanto, no se puede hablar de manera reduccionista de un encuentro entre europeos y americanos; se trata de muchos encuentros, bajo muchas formas de relaciones humanas entre varios pueblos europeos y varios pueblos indígenas del Caribe. En efecto, la noción de inconsciencia fue experimentada a ese nivel, la alteridad plural. La inconsciencia sobre la existencia de esos otros que son ruptura pura. Grietas pegadas con mercantilismo y religión. El rompecabezas caribeño. Es entonces cuando de esta experiencia adquirida por los primeros exploradores se pasa a la instancia de construcción de un corpus de relatos americanos que van a constituirse en palabra de autoridad. La Autoridad es comprendida en el siglo XVI por los europeos, en primera instancia, como la palabra proveniente de los Antiguos, los clásicos griegos y latinos que conformaron una comunidad intelectual y erudita.

De ahí se desprende que las primeras Cosmografías fueran escritas en latín tal como las de Martin Waldseemüller y la de Sebastian Münster11. En consecuencia, la autoridad pasa primero por la lengua; lenguas consideradas intelectuales como el latín principalmente, pero luego esta se complementa con informaciones provenientes de personas que han vivido la experiencia. Michel de Montaigne, por ejemplo, describe muy bien en su ensayo Des Cannibales la transformación de una información experiencial en un contenido de autoridad:

Las finas gentes miran con mucha más curiosidad y más cosas, pero las glosan; y para hacer valer su interpretación y persuadir, no pueden abstenerse de alterar un poco la historia; ellas no les representan nunca las cosas de forma pura, sino que las malean y tapan según el rostro que les han visto; y para dar crédito a su juicio y atraerlos estiran de buena gana de este lado la materia, la alargan y la amplifican (97).

Se trata entonces de una operación compleja donde la materia prima (en este caso, el conocimiento tangible del espacio caribeño) es transformado, alterado por alargamiento y amplificación, e impregnado de juicios de valor con el fin de convencer, persuadir, atraer al público hacia las opiniones del autor. Es decir, desde el punto de vista de la recepción, la información final que llega al lector es maleada tanto en su forma como en su fondo para elaborar así un producto de autoridad. Así, la expresión «saberlo por experiencia» nos reenvía a la acción de conocer, de dominar una realidad por los sentidos, tal como lo explica François Hartog (395-396):

Fundamentalmente, los dos polos entre los cuales se inscribe, se despliega esta retórica [de la alteridad] son el ojo y la oreja: el ojo del viajero y la oreja del público; (pero también la oreja del viajero y el ojo del público; pero del ojo a la oreja, el recorrido no es lineal). Y el recorrido de esta suerte de edificio o echafodage representa el juego de la enunciación.

El ojo, o más bien, la autopsia: se trata en efecto del ojo como marca de enunciación, de un "yo vi" como intervención del narrador en su relato, para dar prueba.

El ojo y la oreja serán, pues, los garantes de la experiencia del cronista español que vivió en territorio americano y que tuvo la ocasión de discutir con los exploradores del Nuevo Mundo:

Hay varios otros animales de diversas clases, y completamente diferentes a los que tenemos en Europa, a los cuales hicimos ya alguna mención, sin embargo, si alguien desea saber más, que lea la historia natural de las Indias del señor Gonzalo de Oviedo, el cual los satisfará más de lleno, como quien puede decir verdad, al saberlo por experiencia (Belleforest 2207)12.

Pero se sabe hoy, como lo confirma Alberto Salas, que Oviedo utilizó a Mártir como fuente para construir su Historia. Luego, entonces, él ligó también de alguna manera experiencia y tradición, sentido y saber compartido. En consecuencia, la experiencia de Oviedo para hacer autoridad es doble: vivió en tierras caribeñas y escribió sobre el tema, es decir, Oviedo representa para nuestro historiógrafo francés la más alta expresión de autoridad para la elaboración de su espacio caribe para un público francés. Es el binomio experienciaautoridad el que va a acreditar finalmente el relato caribeño de la Cosmographie a los ojos de sus lectores. Y siguiendo el ejemplo de su fuente-autoridad, Oviedo, Belleforest complementa su rompecabezas caribe con informaciones extraídas de las Décadas de Pedro Mártir, pero siempre exaltando la credibilidad del cronista oficial del rey:

Y aunque Pedro Mártir cuenta cosas maravillosas (informado por otros) sobre esos Indios con respecto a su celo, y devoción a la fe, y religión Cristiana, si es que Gonzalo de Oviedo, que puede hablar mejor sobre el asunto, por haber estado allí, y frecuentado por largo tiempo, dice todo lo contrario, he aquí cuáles son sus palabras (2214)13.

En el siglo XVI el Caribe no es un espacio sociogeográfico nítido para los europeos. Más bien se funde con la idea del descubrimiento de tierras lejanas, las Indias orientales y que luego se transmutan en occidentales para finalmente dar paso a "la idea de América" (O'Gorman 55). Dentro de esta transición se van incrustando otras piezas geográficas en los imaginarios de los exploradores de países específicos, como es el caso de la Francia antártica para los franceses, en su exploración de las tierras que se conocen hoy como Brasil y que luego serán colonizadas por los portugueses. Es justamente, en este sentido, que los capítulos caribeños en la Cosmografía del historiógrafo francés François de Belleforest recobran una importancia vital en estos tiempos en que revisitamos el pasado para volver a leer y analizar desde otras perspectivas las representaciones durante la época de descubrimiento y conquista. ¿Cómo describieron esos espacios múltiples poblados por diversos grupos étnicos que fueron amalgamados y tratados como seres sin alma?

Los capítulos caribeños de Belleforest muestran también, a través de su forma de construirlos, cómo se configura una descripción que viene pasando por varios cronistas, en este caso, los cronistas de la corte española Pedro Mártir y Gonzalo Fernández de Oviedo, pero sabiendo que cada uno tenía una formación distinta, provenían de países distintos y tuvieron una manera diferente de hacer encajar las piezas a las cuales podían tener acceso sea por experiencia propia o a través de los relatos de los exploradores. Toda esta cadena de voces y las formas de consignarlas, van elaborando un retrato sobre un espacio geográfico que da cuenta de una nueva manera de explorarlos. La escritura del espacio, su descripción, es, sin lugar a dudas, una nueva forma de conquista, una nueva manera de sometimiento. La figura del autor, incipiente en la época renacentista, va tomando forma con la producción de la narración americana. El Caribe se convierte en un espacio silenciado por su función física de pasaje entre las tierras europeas y la Tierra firme o espacio continental americano. Por su parte, Belleforest se detiene y se interesa en la descripción de este espacio para su cosmografía francesa porque quiere marcar una diferencia en tanto autor. Quiere añadir a su obra un elemento novedoso y extraordinario. Y el Caribe resulta una buena pieza para el rompecabezas americano.

En suma, podría decir que indiscutiblemente en el siglo XVI el Caribe, como juego de enunciación, se configura a través de una diversidad lingüística y cultural que va hacia Europa y vuelve de Europa. Su representación se conforma a través de múltiples cadenas hipotextuales que construyen el edificio de la alteridad americana. El proyecto historiográfico de Belleforest para enriquecer la Cosmografía universal del alemán Sebastian Münster, no se aleja de esta dinámica escritural. Fuentes españolas consultadas en italiano, traducidas al francés y comentadas por un católico ortodoxo, dan como resultado un espacio caribe bastante complejo de digerir para una Francia agitada por las intrigas de una guerra de religión en contra de los protestantes. América, que hasta entonces para los franceses se resumía a una Francia antártica, expande sus límites geográficos culturales hacia el Caribe. Gracias a François de Belleforest los franceses integraron al francés medio, voces americanas tales como hamaca, maíz, cazabe, entre muchas otras. Si no, pregúntenle a Michel de Montaigne quien se vio "tentado a probarlo".

Citas de pie de página

1 Docente de la Universidad de Cartagena, Facultad de Ciencias Humanas. Doctora en Literatura General y Comparada.

2 Publicada en París, en 1575, en la casa editorial de los libreros Nicolas Chesneau y Michel Sonnius, con privilegio del Rey. Esta obra reposa actualmente en la Biblioteca Nacional de Francia (BNF).

3 Terzo volume delle Navigationi et viaggi, raccolto gia da M. Gio. Battista Ramusio, nel quale si contengono la navigationi al mondo nuovo... fatte da Don Christoforo Colombo,... con gl' acquisti fatti da lui, et accresciuti da Fernando Cortese, da Francesco Pizzarro et altri... con lo scoprire la gran città di Temistitan nel Mexico... et la gran provincia del Perù... le navigationi fatte dipoi alle dette Indie, poste nella parte verso Maestro Tramontana, detta hora la Nuova Francia, scoperte al Re christianiss. La prima volta da Bertoni et Normandi, et dipoi da Giovanni da Verrazzano,... et dal capitano Jacques Carthier si come si legge nelle diversi relationi, tradotte dal Ramusio di lingua spagnuola et francese nella nostra...Venetia: Stamp de' Giunti, 1553.

4 Chapitre V: «Des Royaumes de Paria, Benzuela, Sainte Marthe et Castille d'or, et des peuples qui y habitent, et leurs façons de faire» (colonnes 2074 à 2079); chapitre VI : «Des mœurs, et façons de faire des Indiens Occidentaux de Terre-Ferme jusqu'au pays de Mexique» (colonnes 2080 à 2095).

5 Excepto ahora en el siglo XXI cuando paradójicamente tenemos más acceso, pero ¿qué tanto nos acercamos o aprovechamos de ella?

6 Según la teoría semiótica de Gérard Genette. Palimpsestes. Paris: Seuil, 1992.

7 A partir de ahora todos los extractos en francés son traducidos por mí al español en versión libre.

8 Describieron sobre el tema respectivamente : Véritable histoire et description d'un pays habité par des hommes sauvages, nus, féroces et anthropophages, situé dans le Nouveau Monde nommé Amérique, inconnu dans le pays de Hesse avant et depuis a naissance de Jésus-Christ, jusqu'à l'année dernière (1557 para la traducción francesa), Les Singularitez de la France Antarctique (1557), Histoire d'un voyage faict en la terre du Bresil (1578).

9 El Summario de la Generale Historia de l'Indie occidentali de Pedro Mártir es un resumen de sus Décades publicadas en Séville, 1511; el Summario de la Naturale et Generale Historia de l'Indie occidentali de Gonzalo Fernández de Oviedo, publicado en Toledo en 1526, bajo el título de Sumario de la historia general y natural de las Indias ; La Histoire des Indes Occidentales de Oviedo apareció originalmente bajo el título de Historia general de las Indias, Sevilla, en casa de Juan Cromberger, 1535, traducida del castellano por Jean Poleur, Paris, 1536 (los diez primeros libros). Para datos editoriales sobre historiografía americana del siglo XVI ver Ternaux-Compans, Henri. Catalogue des ouvrages relatifs à l'Amérique qui ont paru depuis sa découverte jusqu'à l'an 1700. Arthus-Bertrand, 1837. 4-13.

10 Ainsi vous voyez, qu'armé de tant d'escrits, de rapports, memoires, advertissements et instructions, et ayans (Dieu grace) le jugement entier, et quelque cognoissance des bonnes lettres, il nous a esté aisé de faire ce à quoy nous n'eussions sceu parvenir poussez de nostre seul dessein et presumans plus que de raison de nos forces: et si nous avons failli ce n'est de nostre teste, ains suivants les instructions d'autruy (6).

11 Cosmographiae introductio cum quibusdam geometriae ac astronomiae principiis ad eam rem necessariis, insuper quatuor Americi Vespucii navigationes, Saint-Dié, 1507; Cosmographiae Universalis, Bâle, 1550, respectivamente.

12 Il y a plusieurs autres animaux de diverses sortes, et du tout differens à ceux que nous avons en Europe, desquels nous avons fait desjà quelque mention, neantmoins, si quelqu'un en desire sçavoir davantage, qu'il lyse l'histoire naturelle des Indes du seigneur Gonçal d'Oviede, lequel le satisfera plus à plein, comme celuy qui en peut parler au vray, le sçachant par experience.

13 Et quoy que Pierre Martyr racompte choses merveilleuses (informé d'autruy) de ces Indiens touchant leur zele, et devotion à la foy, et religion Chrestienne, si est-ce que Gonçal d'Oviede, qui en peut mieux parler, pour y avoir esté, et frequenté longuement, en parle tout au contraire, et voicy quelles sont ses paroles.


Referencias

Belleforest, François de. La Cosmographie Universelle. Paris: Chez Michel Sonnius. 1575. Impreso.

---. L'histoire universelle du monde: contenant l'entière description & situation des quatre parties de la terre, la division & estendue d'une chacune region

& provinces d'icelles: Ensemble l'origine & particulières moeurs, loix, coustumes, religion, & ceremonies de toutes les nations, et peuples par qui elles sont habitées: Divisée en quatre libres. Paris: G. Mallot. 1570. Impreso.

Certeau, Michel de. L'écriture de l'histoire. Chapitre V : "Ethnographie, l'oralité, ou l'espace de l'autre: Léry". Paris: Gallimard. 1975. 245-283. Impreso.

Genette, Gérard. Seuils, Paris: Éditions du Seuil. 1987. Impreso.

---. Palimpsestes. Paris: Éditions du Seuil. 1992. Impreso.

Goujet, Claude-Pierre. Bibliothèque Françoise, ou Histoire de la littérature Françoise: Dans laquelle on montre l'utilité que l'on peut retirer des livres, publiés en françois, depuis l'origine de l'imprimerie, pour la connaissance des belles lettres, de l'histoire, des sciences & des arts. Saint Thomas d'Aquin: Chez Pierre-Jean Mariette, aux Colonne d'Hercules, HyppoliteLoise Guerin. 1752. Impreso.

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