Renacimientos
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La primera vez nací muerta en el vientre muerto de una negra recién muerta. A mi madre se la llevaron a mar abierto, atravesando la bocana y esperando a que la marea estuviera alta y sus aguas enervadas para que no quedara rastro, como si las espumosas huellas del mar se pudieran borrar. Allá, en una tarde que en principio fue soleada, le dijeron que era una bruja maldita y que por ella, por su culpa, los peces se estaban muriendo y las familias estaban pasando hambre. Aunque el mar estuviera lleno de aceite, mi madre era la adivinadora del pueblo y pasó de ser la señora a quien se consultaba para saber con quién se acostaban los maridos de las señoras, a convertirse en la que se acostaba con todos, según aquellas. Quedó sentenciada por el rumor, el más efectivo de los verdugos. Una madrugada, poco tiempo después de aislarnos por completo y prácticamente condenarnos a morir de hambre, se metieron a nuestra casa y llenaron de sal el altar donde mi madre honraba a Obbatalá, mi Padre, los vecinos empezaron un incendio que dejó a mi madre con los pies enterrados en el barro frente a la casa, viendo cómo las llamas lo consumían todo mientras la gente murmuraba cuán merecido se lo tenía. Mi madre cargaba entonces conmigo en su hinchado vientre.
- Yaír André Cuenú Mosquera, El Muntu en la literatura contemporánea: filosofía de la fuerza vital en Fe en disfraz (2009) de Mayra Santos-Febres , Poligramas: Núm. 51 (2020): Poligramas 51 - Julio/Diciembre 2020
- Juan Sebastián Mina, Yaír André Cuenú Mosquera, Relatos del Pacífico , Poligramas: Núm. 46 (2018): Poligramas 46 - Enero/Junio 2018